5.8. Continúa Intervención en salud con enfoque de género

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5.8.3. Género y sitios de alojamiento temporal

Los sitios de alojamiento temporal son quizás, el elemento que más desafíos demande a las operaciones de emergencia en relación con la prevención de inequidades y la atención de necesidades específicas. Con mucha frecuencia estos emplazamientos son espontáneos y no ofrecen mayores garantías para la seguridad, protección y dignidad humana, así como para la vida familiar y comunitaria.

Una vez más, las mujeres, niñas y niños son quienes se encuentran en situación de mayor exposición a los diferentes riesgos sociales y de salud. Una de las tareas prioritarias en la evaluación de estos sitios para promover la corrección urgente de estos peligros.

Cuando se tiene la oportunidad de participar en la planificación del emplazamiento, se debe tener en cuenta las necesidades particulares de las mujeres y los hombres, y la seguridad de las mujeres y los niñas y niñas, mediante instalaciones separadas para baños y retretes, espacios e instalaciones debidamente iluminados, así como tener en cuenta consideraciones de género en la asignación de los espacios, por ejemplo, en el caso de hogares encabezados por mujeres solas o por niños o niñas.

El Sector Salud debe promover la coordinación con los diferentes sectores que intervienen en la administración de los sitios de alojamiento temporal para asegurar el abordaje de las necesidades básicas con enfoque de género y procurar una mejor planificación de los servicios de protección y de asistencia.

El Manual sobre cuestiones de género en la acción humanitaria del IASC ofrece orientaciones básicas sobre la aplicación del enfoque de género en las actividades de organización y manejo de campamentos y los refugios temporales, e incluye una lista de verificación de los elementos que hay que tener en cuenta en esta actividad.

5.8.4. Género, distribución de alimentos y nutrición

Cuando escasea el suministro de alimentos, es más probable que las mujeres y las niñas reduzcan su consumo de alimentos en favor de otros miembros del hogar, lo que puede derivar en la subnutrición de mujeres y niñas, y algunas otras tradiciones y usos sociales pueden poner en peligro a este grupo de población en circunstancias de crisis. Los hombres que encabezan un hogar monoparental pueden en situaciones de emergencia quedar privados de las estructuras en que usualmente se apoyan. Si no saben cocinar o cómo cuidar de niños pequeños, éstos pueden correr un mayor riesgo de subnutrición.

Por esa razón, la perspectiva de género debe incorporarse desde la evaluación de las necesidades y el análisis de las vulnerabilidades (ver Manual de campo: Evaluación de daños y análisis de necesidades (EDAN). Una propuesta con enfoque de género), en el diseño, la orientación, la planificación y la gestión de los programas de distribución de alimentos y en la vigilancia de las necesidades nutricionales de la población afectada, según su género y grupo de edad.

El Manual sobre cuestiones de género en la acción humanitaria (pag. 71) del IASC desglosa los procedimientos para el manejo apropiado de la atención a las necesidades específicas de los diferentes grupos etarios y de género, e incluye una lista de verificación de los elementos que hay que tener en cuenta en esta actividad.