3.8. Manejo de víctimas en masa
Salvar vidas y brindar atención oportuna a las víctimas de un desastre constituye la más alta prioridad durante las acciones de respuesta. Por lo tanto estas acciones no pueden ser improvisadas. En la etapa de preparativos, las autoridades y las instituciones de salud encargadas de la gestión de desastres en los diferentes niveles deben adoptar las medidas necesarias para, en lo posible, ser autosuficientes en el desempeño de estas tareas, incluida la capacitación a nivel comunitario.
De manera práctica, la atención a las víctimas se divide en las siguientes fases:
- Atención prehospitalaria: durante las primeras horas después del desastre, equipos y profesionales especializados realizan acciones de búsqueda y rescate como, por ejemplo, los equipos que rescatan personas atrapadas en los escombros después de los terremotos. La complejidad de estas tareas requiere la formación de equipos multidisciplinarios.
La atención médica en el sitio del desastre que se proporciona a las víctimas incluye las acciones necesarias para salvar sus vidas, como primeros auxilios y estabilización de sus funciones vitales, hasta que puedan ser trasladados a los establecimientos de salud donde recibirán el tratamiento adecuado, previa identificación. La clasificación de los heridos por grado de severidad se denomina “triaje” y se utiliza un código de colores adoptados internacionalmente. Muchos países tienen institucionalizado un sistema prehospitalario para la atención de emergencias y desastres y cuentan con una red de ambulancias, personal capacitado y un centro único de comunicaciones. El material sobre el establecimiento del sistema de manejo de víctimas en masa puede ser útil al profesional de salud involucrado en esta tarea. Un sistema efectivo de manejo de víctimas en el sitio del desastre evita que el desastre sea llevado al hospital e incrementa la oportunidad de salvar vidas. - Atención hospitalaria: los establecimientos de salud deben estar organizados y equipados para la atención de un gran número de víctimas. Los planes hospitalarios para desastres contemplan la adopción de medidas que comprenden la ampliación de los servicios de atención, la organización del apoyo logístico, comunicaciones, seguridad, así como la previsión de fuentes alternas de energía y agua para su funcionamiento. Para elaborar un plan de emergencia hospitalario, sugerimos revisar el contenido del curso sobre planeamiento hospitalario. Este excelente recurso proporciona valiosos aportes sobre el desarrollo del plan, la capacitación del personal y el desarrollo de simulaciones y simulacros. Partiendo de diferentes escenarios, ofrece paso a paso los elementos para que se organicen y desarrollen ejercicios de simulación.
Es importante tomar en cuenta otras categorías de establecimientos de salud. Por ejemplo, los laboratorios y bancos de sangre brindan importantes servicios durante la respuesta a desastres, por lo que tienen que estar preparados. - Manejo de cadáveres: el manejo de los cadáveres no debe ser improvisado. Requiere de una organización y procedimientos establecidos para la recuperación, identificación, almacenamiento y disposición final de los cadáveres. La cremación o disposición de los cadáveres en fosas comunes no es un procedimiento recomendado. Más bien, se deben efectuar todos los esfuerzos posibles para determinar la identidad de los fallecidos y entregar los cadáveres a sus familiares para la sepultura, de acuerdo a sus patrones culturales y creencias. Lea más sobre los mitos que perduran sobre los cadáveres en una editorial del boletín Desastres: Preparativos y Mitigación en las Américas. Para una lectura profunda sobre este tema, que incluye las implicaciones legales, socioculturales y psicológicas, recomendamos consultar la guía Gestión de cadáveres en situaciones de desastre. Además, un grupo de expertos en las Américas analizaron el papel del estado como ente organizador y co-ejecutor de las acciones para el manejo de cadáveres, y el resultado fue la guía Manejo de cadáveres en situaciones de desastre, que proporciona apoyo técnico al estado para un correcto manejo de los cadáveres.