3.1. Detección y control de enfermedades transmisibles

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deteccioncontrolenfermLos desastres pueden aumentar el riesgo del incremento de enfermedades. Por esta razón, los programas de control de enfermedades y los sistemas de vigilancia epidemiológica deben estar preparados.

 

  • El sistema nacional de vigilancia epidemiológica y los instrumentos que la epidemiología dispone para el monitoreo y control de las enfermedades deben ser adecuados y estar simplificados para su fácil aplicación en situaciones de desastres.
  • El sistema de vigilancia epidemiológica para desastres está basado en la instalación rápida de puestos centinelas, vigilancia de enfermedades trazadoras, uso de formularios prácticos y notificación basados en síntomas y síndromes. Se puede encontrar ejemplos de estos formularios, así como las principales necesidades de información sanitaria para facilitar los procesos de toma de decisiones, en la guía de Vigilancia epidemiológica sanitaria en situaciones de desastre.
  • Los epidemiólogos y el personal de epidemiología de campo tienen que estar capacitados en manejo de desastres y tener la capacidad de trabajar en situaciones difíciles y de alta demanda.
  • El sistema de vigilancia epidemiológica y control de enfermedades necesita contar con el apoyo de un laboratorio de salud pública para tener éxito. Es imprescindible que en la fase de preparativos se fortalezca tanto al laboratorio de referencia nacional así como a la red de laboratorios regionales y locales y se establezcan con anticipación esquemas de cooperación con laboratorios internacionales.

Consultar la publicación Protocolos de evaluación sanitaria rápida en situaciones de emergencia puede ser útil cuando se va a preparar una evaluación de este tipo. En la publicación los protocolos varían de acuerdo a la amenaza. Se presentan 10 protocolos, entre éstos, protocolos para evaluación sanitaria, brotes de epidemias de origen infeccioso, desastres, emergencias químicas, etc.

Entre los riesgos más comunes para el incremento y/o aparición de nuevas patologías se identifican los siguientes:

  • Aumento de la densidad de la población: el hacinamiento condiciona el aumento de enfermedades respiratorias agudas.
  • Desplazamiento de la población: podrían darse situaciones en las que las poblaciones migrantes estén expuestas a enfermedades para las que no tengan inmunidad natural o que estas mismas poblaciones introduzcan otras enfermedades.
  • Interrupción y/o contaminación de los abastecimientos de agua y de los servicios sanitarios: los desastres pueden destruir o inhabilitar los servicios por periodos prolongados de tiempo.
  • Desorganización de los programas de salud pública: la interrupción de los programas de salud pública, provocada por un desastre, aumenta la vulnerabilidad de las poblaciones.
  • Cambios ecológicos que favorecen el desarrollo de los vectores: los cambios climáticos acompañados de intensas lluvias favorecen el incremento de los criaderos de mosquitos.
  • Desplazamiento de animales domésticos y salvajes: incrementan la vulnerabilidad de la población a las zoonosis.
  • Provisión de alimentos y agua: la falta de control de calidad, de los alimentos y el agua que han sido distribuidos a la población damnificada, podría ocasionar brotes epidémicos.

Es importante que se mantengan actualizados los perfiles epidemiológicos de las zonas vulnerables, así como los listados de enfermedades potenciales en caso de desastre, los sistemas de alerta temprana, los mecanismos de control efectivo en caso de emergencia y la investigación operativa.

Los desastres podrían catalizar la aparición de enfermedades emergentes o influir en el incremento de las enfermedades reemergentes. Los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (U.S. Centers for Disease Control and Prevention—CDC) publican la revista "Emerging Infectious Diseases", para aquellos interesados en información sobre este tema. Es en la fase de preparativos en la que los países deben fortalecer sus capacidades básicas, de acuerdo a las recomendaciones del nuevo Reglamento Sanitario Internacional.

Finalmente, si se requiere una guía práctica para organizar investigaciones de terreno, analizar resultados, implementar medidas de control y evaluar la intervención, la publicación El control de las enfermedades trasmisibles brinda información al respecto.

El Reglamento Sanitario Internacional (2005) abarca una amplia gama de riesgos para la salud pública de posible importancia internacional.

  1. Riesgos biológicos, químicos o radiactivos/nucrealers en su origen o fuente.
  2. Enfermedades potencialmente transmisibles a través de:
    • Personas (por ejemplo, SRAS, gripe, poliomielitis, Ébola).
    • Mercancías, alimentos, animales (incluido el riesgo de zoonosis)
    • Vectores (por ejemplo, peste, fiebre amarilla, fiebre del Nilo Occidental).
    • El medio (por ejemplo, liberación de material radiactivo, vertidos de sustancias químicas u otras formas de contaminación).
Áreas afectadas por la aplicación del RSI (2005)

Medio ambiente
Salud pública
Aeropuertos, puertos internacionales y pasos fronterizos terrestres (cuarentena incluida)
Aduanas
Inocuidad de los alimentos
Agricultura (incluida salud animal)
Seguridad radiológica
Seguridad de los productos químicos
Transporte (incluidas mercancías peligrosas)
Reunión, uso y divulgación de información de salud pública
Actividades de salud pública de autoridades u otras entidades pertinentes a nivel intermedio y local.

El RSI (2005) difiere de forma importante de su anterior versión de 1969. Esta última se limitaba principalmente a la notificación de casos de sólo tres enfermedades (cólera, peste y fiebre amarilla) y la aplicación de las medidas máximas especificadas en respuesta a esas enfermedades. Actualmente, las amenazas que existen exigen de la coordinación y trabajo conjunto entre epidemiólogos y especialistas en manejo de desastres.