2.2. Evaluación y actualización del plan

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Un plan, aún si ha sido preparado considerando todos los riesgos,  no es operativo hasta que no se haya sometido a una prueba. Para esto no es necesario esperar la ocurrencia de un desastre;  previa a esta situación el plan tiene que ser evaluado y actualizado periódicamente mediante la organización de simulaciones y simulacros.

Los ejercicios de simulación son una herramienta útil para familiarizar al personal con los contenidos del plan, los roles y responsabilidades del equipo de salud y, dentro de un escenario ficticio, para observar su desempeño en los roles que se les asigne e identificar vacíos en el desarrollo del plan.

Los ejercicios de simulación son también una herramienta útil en las actividades de capacitación y se pueden aplicar en diferentes niveles de enseñanza. Ponen a prueba la aplicación y utilidad del plan de respuesta en caso de un evento catastrófico.
 

La ventaja es que se emula un escenario de desastre con la participación de todo el personal e instituciones involucradas en un plan de respuesta. En muchos países los ejercicios de simulación forman parte de los mecanismos de acreditación de las instituciones, como por ejemplo los hospitales.

A mayor escala los simulacros tienen carácter multidisciplinario e intersectorial en los que participan los organismos de defensa civil, policía, bomberos, equipos especializados en búsqueda y rescate, equipos de salud y otros.

El valor de los simulacros es observar la integración, coherencia y la capacidad de desempeño de las diferentes instituciones y personal participante al tiempo que se analiza todas las variables de respuesta, los roles y los tiempos. Mediante estas observaciones, se pueden efectuar las correcciones necesarias en el plan de emergencia. Los simulacros en el sector salud y, particularmente en los hospitales, deben efectuarse por lo menos cada seis meses.