7.5. Mejoramiento de la seguridad funcional

  • Imprimir
  • Share

mejoramiento de seguridad funcionalLa capacidad operativa del establecimiento durante y después de un desastre se estima también en función de la organización técnica y administrativa de su personal para responder a dichas situaciones.

El ISH al evaluar este rubro, verifica el nivel de organización general de las autoridades del hospital, la implementación de planes y programas, la disponibilidad de recursos, el grado de desarrollo y la preparación de su personal, sin pasar por alto el grado de seguridad de los servicios prioritarios para su funcionamiento así como el grado de implementación del plan hospitalario para casos de desastre.

Con frecuencia se verifica que los hospitales no cuentan con Planes Hospitalarios para Desastres actualizados, socializados y que realmente respondan a su condición de riesgo, no sólo por las amenazas a las que se encuentra expuesto, sino también al nivel de vulnerabilidad de sus instalaciones que el mismo ISH ayuda a identificar.

También se ha constatado que si bien por experiencia de eventos anteriores el personal sabe qué hacer, no disponen de documentos oficiales que evidencien la organización de la respuesta del establecimiento ante desastres, la ejecución de planes de mantenimiento de las líneas vitales o la disponibilidad de insumos para atender una llegada masiva de víctimas.

Por otro lado, no se puede dejar de lado el papel del usuario externo del hospital (pacientes, familiares y visitantes) que requiere ser sensibilizado a fin de participar de forma proactiva en la respuesta hospitalaria y no incrementar la vulnerabilidad del establecimiento.

Para este fin y para fortalecer la capacidad de respuesta del establecimiento, es fundamental desarrollar programas de capacitación permanente en gestión del riesgo, lo cual pueda contribuir a alcanzar una cultura de prevención, tanto dentro como fuera de la instalación de salud.

Si bien es cierto la mayoría de medidas correctivas en el componente funcional no demanda mayor inversión económica, sí requieren de la participación activa del personal de salud -que son los actores principales y los promotores de la continuidad funcional de los servicios de salud- lo cual demanda tiempo y un trabajo sostenido a fin de lograr cambios de actitud favorables al implementar la gestión del riesgo en su lugar de trabajo. El Plan de Intervención facilita el seguimiento de estas acciones y permite articular a varios actores en estas tareas.

Ver Resumen