3.1. Provisión de asistencia internacional en salud

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Teniendo en cuenta que la comunidad local es la que brinda la primera respuesta, la ayuda internacional debe estar orientada a cubrir aquellas necesidades puntuales y técnicas que no pueden ser atendidas con los recursos disponibles del país afectado.

De acuerdo al documento de OPS, Asistencia humanitaria en caso de desastres: Guía para proveer ayuda eficaz, los siguientes puntos son claves en el momento de la asistencia internacional:

  • Las autoridades sanitarias nacionales deben evaluar rápidamente las necesidades de asistencia externa y alertar de inmediato a la comunidad internacional sobre el tipo concreto de asistencia que se necesita y el que no se necesita. Las prioridades deben ser aclaradas, haciendo una distinción entre las necesidades inmediatas y las de rehabilitación y reconstrucción.
  • La asistencia sanitaria externa en caso de desastres debe ser coordinada con los funcionarios designados por el Ministerio de Salud.
  • Las misiones diplomáticas y consulares deben comunicar a los países donantes políticas firmes sobre la aceptación de suministros no solicitados o inapropiados.
  • Para evitar la duplicación de la asistencia sanitaria en caso de desastres, debe aprovecharse plenamente el papel de la OPS como ente coordinador para informar a los donantes acerca de las contribuciones ofrecidas y determinar cuáles son las verdaderas necesidades sanitarias.
  • Antes de solicitar personal especializado, los países deben asegurarse de necesitarlo y verificar la capacidad técnica y la autonomía para su operación.

En esta guía se recomienda, además:

  • Personal médico y paramédico: los recursos humanos locales deben ser quienes enfrenten la emergencia, están en la zona, conocen la endemia, las normas y protocolos y el idioma, a diferencia de recursos foráneos que tienen un tiempo para su arribo y si no son autosustentables serán una carga para el sistema local. Los extranjeros deberían cubrir ciertas necesidades puntuales de especialidad que hagan falta en el lugar del desastre.
  • Medicamentos: se debe verificar la pertinencia de la solicitud y del envío al mismo tiempo que la calidad y el cumplimiento de la normas de conservación y vencimiento. Estos demandan ser clasificados, generalmente lo realiza personal médico, que debe estar cumpliendo otras tareas muchos más importantes, ocupan espacios amplios en las bodegas, pueden estar caducados y no tienen un buen impacto en la generalidad del desastre.
  • Sangre y derivados sanguíneos: no es una regla que después del desastre haya una gran necesidad de este tipo productos, generalmente los recursos locales cubren muy bien la necesidad que pueda existir; enviar este tipo de ayuda significa un gran problema logístico ya que requiere sistemas de refrigeración y transporte adecuados, además de condiciones de calidad y seguridad muy minuciosos (enfermedades transmisibles).
  • Alimentos: generalmente en nuestra región no existe una gran escasez de alimentos después de un desastre, además la donación de alimentos no soluciona el problema del transporte ya que los caminos pueden estar destruidos por el evento como en el caso de terremotos, deslizamientos o inundaciones. Se debe enfocar a poblaciones con necesidades especiales (gestantes, niños, niñas, pacientes viviendo con VIH) y se debe considerar condiciones culturales y hábitos alimentarios.
  • Hospitales de campaña: si cumplen con los requerimientos de tiempo y son autosustentables podrían ser aceptados luego de un análisis del costo –beneficio por la autoridad de salud del país.
  • Vacunas: con mucha frecuencia no se necesitan ni están aprobadas por el Ministerio de salud correspondiente, es necesario constatar la presentación, dosis, fecha de vencimiento, costo del transporte, recursos para el manejo, frecuentemente en desastres la cadena de frio puede estar afectada y debe considerarse antes de cualquier movimiento de biológicos etc.
  • Agua y saneamiento: se debe considerar los altos costos que implica el envío de agua, y algunas soluciones de saneamiento básico (letrinas o baños químicos). Lo importante es generar un análisis de la situación caso a caso e incentivar las medidas para obtener agua segura, y tener una buena solución a los problemas de saneamiento según la circunstancia, y preferiblemente con medios culturalmente aceptados, utilizando recursos y mano de obra local. El enfoque también debe ser en elementos que garanticen la sostenibilidad a mediano plazo.

La comunidad humanitaria internacional ha hecho importantes esfuerzos para mejorar la calidad de las donaciones, tanto en medicamentos, como en equipos médicos y otros suministros de salud, acordando una serie lineamientos sobre buenas prácticas en la donación de medicamentos.

Los países tienen el derecho de decidir cuál asistencia aceptar, pero también tienen el deber de orientar a los donantes sobre cuál es la asistencia más apropiada para las necesidades particulares de la emergencia. La guía Saber donar: Recomendaciones prácticas sobre donaciones humanitarias brinda una serie de orientaciones tanto para los países como para los donantes sobre buenas prácticas de ayuda.

Igualmente muchos gobiernos de la región han establecido mecanismos y lineamientos para la coordinación de la ayuda recíproca entre países, tanto para recibir como para brindar asistencia; tal es el caso de la Guía de operación para asistencia mutua frente a desastres en los países andinos y el Manual regional de procedimientos de las cancillerías en casos de desastres que incluye a Centroamérica, Belice y República Dominicana.