4.4. Financiamiento

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En un mundo perfecto, el país afectado por un desastre debería poder cubrir el costo de la respuesta inmediata al impacto en salud de una emergencia o crisis y, de hecho, hemos presenciado cómo esto pasa en algunos países en los que hay o una cultura de preparación y planeación bien organizadas o la situación de emergencia permanece dentro del enfoque de lo que se había previsto. Sin embargo, hay casos en los que la sola magnitud del evento sobrepasa la capacidad de los países, aún de los más desarrollados o bien preparados, de montar una respuesta adecuada a las necesidades inmediatas de salud (sin ni siquiera tener en cuenta los retos a largo plazo relacionados con la rehabilitación y la reconstrucción). Los ejemplos recientes más notables de la necesidad imperativa de ayuda humanitaria internacional son el tsunami en Japón (2011), el terremoto de Haití (2010) y el tsunami en el sur de Asia (2004).

Las agencias humanitarias generalmente caen en varias categorías, gobiernos, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales. Las autoridades de los países afectados por los desastres deben estar conscientes de los recursos, canales de comunicación y limitaciones de tales agencias.

  • Las agencias pueden dar subvenciones en dinero, donar suministros, brindar asistencia técnica, suministrar comida o hacer préstamos. Algunas se especializan en sólo una de estas áreas, mientras que otras tienen un propósito más general. Es esencial entender estos recursos para evitar pedir dinero a una agencia que brinda sólo asistencia en especie o suministros a una agencia que se especializa en cooperación técnica.
  • Las organizaciones no gubernamentales varían considerablemente en su enfoque de la asistencia humanitaria y las contribuciones que pueden hacer a la salud. Las agencias más grandes y con más experiencia y aquellas que ya están comprometidas con el trabajo de desarrollo en el país afectado, tienden a entender mejor la naturaleza de los problemas encontrados.
  • El financiar a las agencias puede requerir la declaración de un estado de emergencia por parte del país afectado o su propio representante o una petición formal del gobierno antes de que puedan responder. Una petición hecha a la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU se toma como una petición a todo el sistema de la ONU.
  • Las agencias pueden requerir pruebas de primera mano o conclusivas de la necesidad de ayuda, antes de hacer gastos o hacer una colecta de fondos. Muchas están confiando cada vez más en sus expertos locales, ONG u otros en relación con la validez de las necesidades y es menos probable que acepten ciegamente la información oficial.
  • Algunas agencias de financiación están dispuestas a destinar fondos a proyectos específicos en las fases tempranas de la emergencia, antes de que se haya iniciado una evaluación completa de las prioridades del sector salud. Entonces, el sector salud debe preparar y mandar unos estimativos de los costos para las necesidades inmediatas de asistencia humanitaria internacional tan pronto como sea posible.

Las lecciones aprendidas después de grandes desastres, desde el terremoto de 1985 en México hasta el tsunami del sur de Asia y el terremoto de Haití, señalan la necesidad de tener dispuestos e implementar fuertes medidas de reducción del riesgo de desastres, políticas y programas y actividades para proteger vidas y preservar las inversiones. Al negociar préstamos o invertir en infraestructura, muchos países son ahora más dados a incorporar aspectos de mitigación de desastres en estos proyectos. Por otra parte, muchas agencias que facilitan fondos operaciones humanitarias después de los desastres, también apoyan las actividades de preparación para emergencias y reducción del riesgo de desastres, Debido al interés de los actores humanitarios –tanto multilaterales como bilaterales– en la preparación y la reducción del riesgo, mucho del trabajo asumido en años recientes ha sido financiado por fuentes humanitarias.